Su sueño era ser madre aunque le costara la vida. Donna Blanks, una británica de 32 años, quería traer al mundo a una criatura pese a que ello le pudiera provocar la muerte por los problemas de riñón que padecía.
La mujer, que llevaba trece años intentado tener un niño, logró quedar embarazada. Al darle la noticia, los médicos alertaron de que su enfermedad era incompatible con el embarazo por lo que tenía que elegir entre su propia vida o la de su hijo.
Donna decidió continuar con la gestación y cumplir su sueño de ser madre a pesar de que sabía que pagaría con su vida. Así, trece meses después de dar a luz, la mujer falleció. Ahora, el bebé crece y se desarrolla sin el apoyo de su madre pero con el cariño y el amor de su padre.
Esa criaturita, tiene mucho por que vir, auqnue debo admitir, que NO LO ENVIDIO, ya que yo aun tengo a mi madre con vida, y no me omagino mi niñez sin ella, eso aunado al peso sobre sus hombros, del deber que tiene de ser alguien de provecho, e incluso, alguien destacado
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